A lo mejor una de tantas cosas feas-tristes-molestas que se puede escuchar de los padres como parte de la recatafila de reproches, cuestionamientos y demandas de una típica discusión de sobremesa, es que se sienten frustrados o mucho peor, decepcionados de lo poco que uno avanza en este tugurio existencial al cual llamamos vida.
Yo imagino que el deber de los hijos es ensalzar el esfuerzo que gota a gota sudan los padres para hacer de uno alguien que no termine sin saber que busca o hacia donde se dirige. Eso es lo que a modo de retribución y teóricamente todos deberíamos hacer…pero y ¿si no se puede de la forma o en el plazo que ellos esperan? digo yo, no es que uno quiera adrede rascarse la panza o lo que le pique, de buenas a primeras y por el resto de sus días.
Evidentemente de que hay de esos, los hay, pero yo hablo del porcentaje consiente, agradecido y relativamente maduro de jóvenes, que como uno (consiente, agradecido, medio maduro y simpaticón), y pese a saber que quieren, (desde este punto lean con calma) aún no saben o no están seguros aún, si lo que quieren es realmente lo que quieren o si al querer ser quienes quieren ser, se alejan sin querer de lo que realmente quieren ser.
Entonces, de alguna forma un tanto implícita, la situación se vuelve en algún recodo, por así decirlo… confusa.
Yo sé que si nos gritan, juzgan o presionan, en el fondo es porque nos quieren a rabiar, pero chispas, a veces eso queda medio difuso. Será que aún no se supera la etapa en la que se piensa que el punto de vista personal es el más recomendado (ahí la media madurez), o quizás resulta que muy en el fondo sabemos que no tenemos punto de vista que tenga suficiente fundamento y nos cuesta aceptar como buenos tercos, que no tenemos la razón.
Digo yo, también podrían darnos una manita para sobrellevar esta etapa de desconcierto generalizado llamado la “crisis de los 20s”, seguro que muchos de ellos también la pasaron y ahora esperan desde su perspectiva que nosotros, inexpertos renacuajos, tengamos todo un plan de vida con puntos, comas, justificado y listo para imprimir.
La verdad no voy a arriesgarme tratando de lanzar al aire una seudo respuesta, dándomelas de erudito en la materia. Porque si así fuera, este post no tendría sentido de ser escrito, ya que tendría una solución para todos a la mano y no habría motivo de conflicto. Tampoco lo voy a hacer mucho más largo, solo es una forma que canalizar algo que a lo mejor muchos comparten. Es más, si alguien posee algún alcance para lo que aquí se trata, que lo comente, ya que sin dudarlo, muchos se volverían recontra aplicados en su práctica. ¿Apostamos?
Pero bueno, finalmente que más da. No lo voy a hacer personal, pensaré que no me sucede a mi… y como siempre y todo en este mundo, diré que no le sucede a uno, le sucede “al amigo de un amigo” y ya. Ahora, ¿se notará el sarcasmo?
Quién sabe, a lo mejor es pura mariconada…
Yo imagino que el deber de los hijos es ensalzar el esfuerzo que gota a gota sudan los padres para hacer de uno alguien que no termine sin saber que busca o hacia donde se dirige. Eso es lo que a modo de retribución y teóricamente todos deberíamos hacer…pero y ¿si no se puede de la forma o en el plazo que ellos esperan? digo yo, no es que uno quiera adrede rascarse la panza o lo que le pique, de buenas a primeras y por el resto de sus días.
Evidentemente de que hay de esos, los hay, pero yo hablo del porcentaje consiente, agradecido y relativamente maduro de jóvenes, que como uno (consiente, agradecido, medio maduro y simpaticón), y pese a saber que quieren, (desde este punto lean con calma) aún no saben o no están seguros aún, si lo que quieren es realmente lo que quieren o si al querer ser quienes quieren ser, se alejan sin querer de lo que realmente quieren ser.
Entonces, de alguna forma un tanto implícita, la situación se vuelve en algún recodo, por así decirlo… confusa.
Yo sé que si nos gritan, juzgan o presionan, en el fondo es porque nos quieren a rabiar, pero chispas, a veces eso queda medio difuso. Será que aún no se supera la etapa en la que se piensa que el punto de vista personal es el más recomendado (ahí la media madurez), o quizás resulta que muy en el fondo sabemos que no tenemos punto de vista que tenga suficiente fundamento y nos cuesta aceptar como buenos tercos, que no tenemos la razón.
Digo yo, también podrían darnos una manita para sobrellevar esta etapa de desconcierto generalizado llamado la “crisis de los 20s”, seguro que muchos de ellos también la pasaron y ahora esperan desde su perspectiva que nosotros, inexpertos renacuajos, tengamos todo un plan de vida con puntos, comas, justificado y listo para imprimir.
La verdad no voy a arriesgarme tratando de lanzar al aire una seudo respuesta, dándomelas de erudito en la materia. Porque si así fuera, este post no tendría sentido de ser escrito, ya que tendría una solución para todos a la mano y no habría motivo de conflicto. Tampoco lo voy a hacer mucho más largo, solo es una forma que canalizar algo que a lo mejor muchos comparten. Es más, si alguien posee algún alcance para lo que aquí se trata, que lo comente, ya que sin dudarlo, muchos se volverían recontra aplicados en su práctica. ¿Apostamos?
Pero bueno, finalmente que más da. No lo voy a hacer personal, pensaré que no me sucede a mi… y como siempre y todo en este mundo, diré que no le sucede a uno, le sucede “al amigo de un amigo” y ya. Ahora, ¿se notará el sarcasmo?
Quién sabe, a lo mejor es pura mariconada…